Llegó de Haití sin saber castellano y en siete años se recibió con 10 en la universidad pública

Kesner Jean Mary rindió su tesina de grado en la licenciatura en ciencia política de la UNR. Estudió su experiencia y la de sus compatriotas para insertarse en la sociedad rosarina

Por Tomás Barrandeguy

Hace siete años, Kesner Jean Mary llegó a Rosario desde Haití sin entender castellano. A los pocos meses arrancó la licenciatura en ciencia política en la Universidad Nacional de Rosario (UNR) desde cero y el viernes 24, el tribunal que evaluó su tesina de grado consideró, por unanimidad, que su estudio estaba aprobado con 10. El joven, que está haciendo una pasantía en la Embajada de Haití en la Ciudad de Buenos Aires, realizó un trabajo de campo que consistió en más de una docena de entrevistas con compatriotas para aportar un nuevo estudio sobre los inmigrantes haitianos en Argentina; particularmente, el de Kesner profundizó el estudio sobre Rosario. El “denominador común” de sus entrevistas fue que las barreras idiomáticas y la procedencia, entre otras cuestiones, abonan a lo difícil que resulta para los ciudadanos provenientes del Caribe insertarse en la sociedad rosarina.

Kesner llegó a la ciudad en 2014 y en 2015 comenzó la licenciatura en ciencia política: “Vine porque un amigo me contó de la universidad pública. Estaba estudiando ciencia política y teología en Haití, así que cuando llegué a Rosario fui directamente a (la licenciatura en) ciencia política”.

Recordó que tuvo que arrancar de cero, ya que no pudo validar ningún conocimiento adquirido en la universidad privada de su país y que fue “bastante difícil” el comienzo en la ciudad.

“No sabía hablar español y eso hizo todo bastante difícil. Conocía lo básico del idioma, pero no podía hablar ni entender cuando alguien hablaba”, contó Kesner, quien recurrió, por consejo de sus amigos, a dos ejercicios caseros para empezar a incorporar el castellano: “Me dijeron que vea televisión y que hable por redes sociales para practicar el idioma”.

Antes de ingresar a la facultad, tuvo que rendir cuatro materias obligatorias “para los que no venimos de países del Mercosur. Cursábamos en el Superior de Comercio”. Entre las materias estaba castellano, con lo que empezó a aprender y practicar un poco más.

“Cuando llegué a los cursillos, no entendí nada. Pero encontré un grupo en la facultad que me ayudó un montón a integrarme, haciendo los trabajos prácticos con ellos”, recordó.

Aporte a la materia

Al momento de culminar la carrera, la tesina que pensó Kesner primero tenía una fuerte impronta de lo que ocurre en su país, pero luego se le ocurrió poner el foco en las experiencias de los haitianos al llegar a Rosario.

Tenía en mente hacer mi tesina sobre la política pública en Haití, pero al final empecé a leer sobre migraciones, a escribir artículos, y me pareció muy importante trabajar sobre eso; particularmente, sobre los haitianos que están en Rosario”, detalló Kesner.

Haciendo hincapié en el trabajo, agregó que recurrió a la “autoentrevista”: “Quería dejar algo para explicar cuáles son las situaciones de estos inmigrantes y, a su vez, parte de este trabajo fue para explicar mi recorrido, mi trayectoria, para llegar hasta Rosario”.

“Encontré solo dos autores que hablan de la situación de los migrantes haitianos en Argentina, entonces dije que yo también iba a dejar algo para sumar en este campo y poder plantear un antes y un después”, añadió.

El trabajo, según comentó el flamante politólogo, “explica la situación de los migrantes haitianos en Rosario, que no es la que debería ser”. Al respecto, detalló: “Es difícil integrarse a la sociedad rosarina, un denominador común que surge de las entrevistas que hice (dialogó con 15 personas haitianas)”.

En su devolución, el tribunal consideró que “la tesina tiene una estructura correcta, aborda temas relevantes para la ciencia política y tiene un trabajo de campo exhaustivo en lo que hace a recurso metodológico para la recolección de información”.

“Se destaca lo inédito del tema elegido para una tesina de grado y muestra hallazgos importantes relativos a las políticas sobre migración de población haitiana en Rosario”. Por unanimidad, el tribunal calificó con 10.

De su estudio se desprendió que si bien la situación “no es un punto en el que no se pueda entrar, sino que la sociedad en sí está conformada así”.

Es por eso que Kesner aportó un estudio en el que los rosarinos puedan ver qué se puede hacer para que los inmigrantes que vienen de la zona del Caribe se sientan parte de la sociedad rosarina.

El principal problema es el idioma, segundo de dónde uno viene. Y por el tiempo que pasé viviendo en Rosario, tengo amigos de Brasil, de Colombia y de otros países que no tienen la misma dificultad que un haitiano”, agregó.

El presente lo encuentra a Kesner haciendo una pasantía en la Embajada de Haití, en la Ciudad de Buenos Aires. A futuro, no se decide si volver a su país o quedarse: “Quiero conseguir una beca para hacer una maestría y, si me quedo, me gustaría participar activamente en la política acá para los migantes que vienen, que es algo que, creo, carece la política pública”.

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