Brasil: Lawfare y medios. Un matrimonio ¨on demand¨

Tras seis años, luego de marchas y contramarchas de un proceso judicial y político que comenzó en 2016, se conoció la decisión del Comité de Derechos Humanos de la Organización de Naciones Unidas con sede en Ginebra. Expidiéndose a favor de una queja presentada por la defensa del candidato a la presidencia de Brasil, Luiz Inacio Lula Da Silva.

Sobre los cuatro alegatos presentados, el Comité resolvió en acuerdo sobre la totalidad de los mismos: Arbitrariedad en la detención de Lula en 2016 en el aeropuerto de Congonhas; El proceso y posterior juicio llevado a cabo por el Juez  del Tribunal Supremo de Brasil, Sergio Moro (Ex Ministro de Justicia de Jair Bolsonaro) con vicios de parcialidad; la vulneración del derecho a la privacidad tras la difusión de mensajes privados de sus familiares y el rechazo sin sustento legal de su candidatura a las elecciones presidenciales de 2018.

Por Julián Antenore

Lawfare y medios. Un matrimonio ¨on demand¨

Lula (2003-2010) fue investigado y condenado (cumpliendo 580 días de cárcel) por presunta vinculación con la mayor trama de corrupción en el país, en el marco de la operación ¨Lava Jato¨, dirigida en aquel momento por el entonces juez citado, aunque todos los procesos en su contra fueron extinguidos el año pasado debido a fallos jurisdiccionales. El informe del comité de la ONU detalló que los investigadores de corrupción de Brasil violaron el debido proceso, en el caso contra el expresidente que llevó a su encarcelamiento e impidiendo así que se presentara como candidato a la presidencia en 2018. El fallo se conoce después de que el año pasado el Supremo Tribunal Federal de Brasil anuló su condena por corrupción, permitiéndole presentarse a las elecciones presidenciales de octubre del presente año.

¨Lula’s second act¨ reza la tapa de la revista Time, con cierta inocencia y que quizá anticipando lo que podría decirse, un precedente histórico dentro del mapa político de la Región. Al tiempo que el Parlasur está solicitando declarar de interés regional la pronunciación del organismo en favor de Lula, en los medios locales no sorprende que a dicho informe, sólo se le dediquen algunas pocas lineas. La total difusión mediática del caso en el país más grande de América del Sur fué tal, que el ¨Lava Jato¨ llegó incluso a tener su propia miniserie producida por propio gigante de streaming Netflix (O mecanismo, de Jose Padilha).

Producida con obvias licencias cinematográficas y bajo el amparo del ¨Cualquier similitud con la realidad es pura casualidad¨, este tipo de contenido orientado y formateado hacia un mercado que se muestra ávido de thrillers políticos con tramas y entretelones marcados por la corrupción, intenta mezclar la prolijidad de una serie de ficción con la producción de un relato a replicarse en la sociedad, una suerte de secreto a voces. En síntesis, camuflar lo verosimil como una verdad. En la misma línea dentro de la escena local y con un tinte muy similar en la Argentina se emitió la producción de la miniserie del Caso Nisman, evidenciando la orientación comercial del gigante del streaming.

Aunque resulte una obviedad resaltar, las asimetrías entre la potencia de fuego de las productoras de contenidos y ¨la Política¨ es un David versus Goliat. La facilidad de llegar a la pantalla de millones de audiencias que tienen los gigantes de la internet, en tiempos de la economía de la atención: en los que el ¨click¨ de la noticia es vendido a audiencias que los algoritmos definieron como compradores de antemano. Para éste orden de cosas cabe preguntar también si se pueden desandar los caminos de las historias ya contadas y si es factible que en los discursos que rigen la producción de relatos se pueda vender un mea culpa, aunque el daño ya este hecho;¨Lo que vende¨ pareciera no se cuestiona.

Ahora bien, sería de una inocencia absoluta pensar en que la huella sobre la base del electorado, especialmente con un caso tan mediatico y fogoneado por el Lawfare de ese país, se borre con una declaración del máximo organismo internacional como es la ONU. Pero si cabe destacar que configura una foto en álta definición de las estrategias que se despliegan en el seno de las sociedades latinoamericanas. Aunque no exista ninguna novedad en admitir la existencia de operaciones mediaticas y judiciales, ni tampoco llevar a la pantalla sucesos políticos vinculados con la corrupción. Si vale poner en relevancia la producción de sentido, entendida como forma de reproducir un contenido frente a un interlocutor que dialoga en la intimidad de su pantalla. La intencionalidad de generar contenidos basados en el lawfare latinoamericano puede interpretarse desde la mera intención de vender en pantalla y llegar a una audiencia consumidora de determinado género cinematográfico, hasta la busqueda de validar un determinado posicionamiento frente al sistema. Las combinaciones y el gradiente de opciones intermedias es interminable.

 

En éste contexto, y teniendo en cuenta que la información que se brinda a los públicos está configurada a través de la intencionalidad del contenido, por sobre el fin de informar en sí mismo, la circunstancia de tener una producción cinematografica con actores políticos en actividad posiblemente sea una característica propia de la región. En una sociedad postpandémica que parece emerger y confluir en una nueva forma de percepción de la vida que, seguramente, el sentido se encuentre en construcción y desconstrucción a una velocidad vertiginosa. Especialmente teniendo como entretelón una región como la nuestra en donde los soportes de la vida colectiva no fueron tan sólidos como en las sociedades europeas, los individuos parecen encontrar ¨on demand¨ interlocutores mediaticos a través de la intimidad de su vida privada.

Si bien el reconocimiento de la influencia que ejerce en los medios no es nuevo en las sociedades actuales (pensemos por caso en Alfonsín acerca de las tapas del Diario Clarín hace casi 35 años atrás) ¿el contenido de Streaming nunca se animó a tanto?. ¿Qué disposición de fuerzas habilita a gigantes de la internet como Netflix a producir ficciones basadas en el lawfare latinoamericano? Sin dudas puede esgrimirse que la espectacularidad de las tramas puede configurar una situación ideal para generar un contenido semejante, pero ésto no se puede pensarse exento de intencionalidad política. En un país como Brasil, en el que la estructura de medios de comunicación guarda una gran similitud con la Argentina (esto es, concentrada en pocas familias tradicionales de la sociedad, con posesión de múltiples licencias y en coexistencia con un ordenamiento legal que subsiste desde las dictaduras militares) la producción de éstos contenidos lo llevan a cabo grupos empresarios locales con financiamiento extranjero.

En este órden de cosas, no resulta casual asistir a un desplegliegue semejante de intereses económicos y políticos, (llegando al extremo de producir thrillers policiales, y quizá como una forma de continuar la guerra por otros medios) intentando socavar definitivamente las bases de los movimientos populares. Pese a todo, los sondeos de opinión muestran que el exlíder sindical izquierdista lidera actualmente la carrera, por delante del presidente de extrema derecha Jair Bolsonaro.

En resumen podemos asegurar que la contienda que tendrá lugar en octubre, ya cuenta con un norte que presenta rasgos más, rasgos menos, configurados. De un lado, Bolsonaro busca ser reelecto para poder continuar más allá de enero del 2023. Consigo lleva el peso de una gestión durante la pandemia con escandalosas cifras de fallecidos, su provocadora retórica evocando el militarismo golpista. Y recientemente enfrentado con la Corte Suprema de su país por otorgarle el beneficio de indulto a un diputado afín, que estaba condenado a 9 años de prisión por ataques a la democracia y amenazas al tribunal.

Por el otro lado, la candidatura de Lula será formalizada dentro de los próximos días con el apoyo de casi todas las fuerzas progresistas ( Hasta incluso actualmente se puede evidenciar en la región un reconocimiento de derechos para minorías nacionales, haciendo eco de reivindicaciones que antes quedaban en declaraciones electorales. Logrando así incorporarse, poco a poco a la agenda política.) que están en proceso de construir una amplia alianza para enfrentar a los partidos de la derecha y la ultraderecha que respaldan a Bolsonaro e incluso llevando como vice al ex presidente y un antiguo rival del propio Lula, Gerardo Alckmin. Con esa jugada, la intención es conquistar los electores de centro, así como los sectores más conservadores desencantados con Bolsonaro, en momentos en que los políticos de la llamada «tercera vía» no acaban de despegar en las encuestas de intención de voto.

Sin lugar a dudas lo que suceda en el país más grande del hemisferio sur será un suceso de relevancia fundamental para la región, en un escenario global que tiene como figuras preponderantes a movimientos de derecha cada vez más radicalizados y que cuentan con un poder político y económico monumental. Sin dudas las tensiones en la sociedad latinoamericana encuentran tensiones de proporción cinematográfica.

 

 

 

 

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